Es posible que haya oído hablar de la primavera como la mejor época del año para tomar unas vacaciones en las Islas Galápagos. Y aunque cada estación tiene ciertamente algo maravilloso que ofrecer, no se puede negar que la primavera es particularmente especial. En esta época del año, hay mucho que hacer en las islas para atraer a los viajeros, y el agradable clima tampoco ayuda.
Estas son 7 cosas que los viajeros adoran de la primavera en las Galápagos:
El invierno es la estación húmeda en las Galápagos; una época en la que las frecuentes y abundantes lluvias proporcionan a las especies vegetales únicas de las islas el agua que necesitan para crecer. Cuando llega la primavera, la flora florece, sobre todo en las zonas húmedas de las tierras altas. Los musgos de los árboles de Scalesia comienzan a crecer en esta época del año, y las copas ramificadas empiezan a espesarse, creando un ambiente denso como el de un bosque, especialmente en la isla de Santa Cruz.
¿Cuánto cuesta viajar a las
Islas Galápagos?
Aunque de diciembre a mayo se considera la estación húmeda en las Galápagos, las precipitaciones disminuyen rápidamente hacia el final de la estación, lo que da lugar a una época del año normalmente muy seca y agradable. Si se queda sin espacio en la maleta y no quiere intentar meter el paraguas, mayo y junio son épocas fantásticas para visitarla. En la isla de San Cristóbal, sólo caen 16 mm durante el mes de mayo, bajando a 2 mm en junio.
En las Islas Galápagos, los meses de invierno traen consigo las altas temperaturas (a menudo 30 grados centígrados o más), mientras que los meses de verano traen temperaturas más frescas, de unos 20 grados. La primavera es un punto intermedio feliz; lo suficientemente cálido para crear esa sensación de vacaciones, pero lo suficientemente fresco para mantener un buen nivel de confort. Las temperaturas de alrededor de 25 grados son la media para esta época del año, y la baja humedad significa que es un calor bastante seco.
El apareamiento de los piqueros de patas azules de las islas comienza en junio, pero mayo es quizás un momento más colorido para ver a estas exóticas aves. ¿Por qué? Porque en mayo es cuando los machos comienzan su elaborado ritual de cortejo, mostrando sus brillantes patas azules a las posibles parejas. La tonalidad de las patas es un signo de salud, por lo que las hembras buscan compañeros con las coloraciones más vivas. El «baile» que realizan los machos es absolutamente increíble de presenciar.
La temperatura del agua puede descender bruscamente en los meses de verano, pero sigue siendo agradable durante toda la primavera. Para quienes deseen realizar algunas de las actividades subacuáticas que se ofrecen en las Galápagos, como el esnórquel y el buceo, se recomienda viajar durante el invierno o la primavera para disfrutar de una experiencia más cómoda. La Cala del Tajo es uno de los mejores lugares para practicar el snorkel en las Galápagos, y es posible que vea una o dos iguanas marinas.
La primavera es la época de anidación de muchas especies animales en las Galápagos, tras un invierno de eclosión. Y aunque algunos animales optan por hacer sus nidos en lugares privados y de difícil acceso, hay una especie de ave cuyos nidos son muy fáciles de ver. Las grandes fragatas anidan a un metro del suelo en la isla Genovesa, por lo que no es difícil ver a los blancos y esponjosos polluelos con sus largos picos.
Aunque la primavera no es tan tranquila como el invierno en las Galápagos, sigue siendo relativamente pacífica y carece de las multitudes que trae el verano. Los primeros días de mayo son una época especialmente tranquila para visitar el país, antes de que las escuelas locales de Ecuador terminen sus vacaciones de verano. Sin embargo, asegúrese de comprobar cuándo es el día festivo de la Batalla de Pichincha (normalmente alrededor de la última semana de mayo), ya que es una época del año muy popular entre los ecuatorianos para visitar las islas.
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