La arquitectura barroca fue asumida con entusiasmo en la capital de Ecuador, pero desarrollaron su estilo particular. La Escuela Quitena creó una fusión barroca de arte español, flamenco, morisco e italiano.Esta es una lista de los mejores monumentos de la Escuela de Arte de Quito.
La iglesia católica tiene cuatro órdenes principales en Quito: Los franciscanos, los jesuitas, los dominicos y los mercedarios. La iglesia de San Francisco es la más importante de la primera de estas órdenes. La iglesia tiene algunos aspectos típicamente románicos, con el claustro, un patio en el centro y las típicas celdas de los monasterios. Tiene una fachada manierista-barroca, y una decoración interior típicamente barroca, muy rica y llena de detalles. Como particularidad de la Escuela Quitena, hay algunas influencias decorativas del arte morisco, como algunas columnas y arcos.
La catedral católica de Quito es otro importante monumento de la historia del arte latinoamericano. Una de las mejores piezas es el altar mayor, del que se dice que es enteramente de oro, que muestra patrones tanto barrocos como moriscos.
Situada en el centro histórico de la capital de Ecuador, esta iglesia es otro monumento emblemático. Es valiosa como obra de arte arquitectónica, pero también por sus ornamentos, pinturas y esculturas. Los visitantes pueden ver en esta iglesia esculturas de la Escuela de Arte de Quito, como la Virgen de Legarda, realizada por Bernardo Legarda, un ejemplo reconocible de la obra del artista en la «Escuela Quiteña».
La Iglesia de los Jesuitas está considerada por la UNESCO como el mejor edificio arquitectónico religioso de América Latina. Esta iglesia barroca fue construida en el siglo XVII. Tiene un suelo de cruz latina y se calcula que todo el templo contiene un total de 23 quilates de oro. Se construyó para la Compañía de Jesús, uno de los grupos religiosos más importantes dentro de la Iglesia Católica.
La iglesia de la Misericordia se construyó originalmente en el siglo XVI, pero quedó parcialmente destruida con el terremoto del siglo XVII. Dicen los peregrinos que la escultura interior de la Virgen de la Merced ha protegido a la ciudad de las erupciones volcánicas y los terremotos.
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