El centro histórico de Quito es uno de los mejor conservados de América Latina. La mayoría de los visitantes del centro se dirigen a la famosa Plaza de la Independencia, la Plaza de San Francisco o la Iglesia de la Compañía de Jesús. Aunque todos estos lugares son de visita obligada, tampoco hay que perderse en el centro un barrio mágico –San Marcos– escondido en su extremo sur.
Fundado en el siglo XVI, el barrio es uno de los más antiguos y bohemios de Quito.
Caminando por la calle Junín -la arteria principal del mágico San Marcos– verá cómo los vecinos de toda la vida se saludan cordialmente, como lo han hecho sus familias durante generaciones. Muchos edificios de este lugar, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, han sido restaurados recientemente para recuperar su diseño neoclásico, con fachadas pintadas en elegantes azules, verdes, amarillos y rojos.
Las magníficas puertas de madera tallada invitan a entrar en los diversos restaurantes, museos y tiendas que salpican la calle Junín, incluido el Museo de Acuarela y Dibujo Muñoz Mariño.
Este museo fue iniciado por el afamado acuarelista y arquitecto ecuatoriano Oswaldo Muñoz Mariño, que vivió en este edificio. El museo, una de las primeras estructuras del barrio, muestra la enorme obra de Mariño, que abarca varias décadas, desde los años 50 hasta justo antes de que el artista falleciera en 2016, y cuyos temas representan los edificios y paisajes de los más de 70 países que Mariño visitó durante su vida. Los visitantes también pueden ver la colección de artefactos precolombinos encontrados en todo Ecuador, perfectamente conservados. Los conservadores del museo trabajan con antropólogos para identificar su origen y significado.
Por cierto, aquí puedes tomar clases de pintura y disfrutar de una cerveza y deliciosos platos ecuatorianos en el restaurante del museo.
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Más adelante, a lo largo de la calle Junín, encontrará una pequeña tienda de antigüedades con una gran selección de todo, desde muebles de principios de siglo hasta chucherías, y una vista espectacular de las montañas que rodean la ciudad. Al lado, visite el taller de Don Miguel, donde podrá comprar sus exclusivas cajas y regalos tallados en madera que Miguel lleva creando toda su vida. Este artesano pone su alma en cada pieza, hablando con cada una antes de pulirla.
A las afueras se encuentra la Plaza San Marcos. Se trata de un pequeño y pintoresco parque a la sombra de los árboles que es un lugar ideal para relacionarse con los lugareños que se sientan cerca de la fuente y dan de comer a las palomas y cotillean (chismorrean) sobre las últimas noticias del barrio.
También en el mágico San Marcos hay un museo dedicado a la mujer liberadora de Ecuador: Manuela Sáenz. Fue una feminista y activista política que luchó -a veces literalmente- con su compañero, Simón Bolívar, por la independencia de lo que hoy es Ecuador, Venezuela y Colombia. En la entrada del museo se encuentra la legendaria 5ª Olla del Diablo. Disfruta aquí de algunas de las mejores humitas (algo así como tamales) y chocolate caliente casero de la ciudad.
San Marcos cuenta con un número creciente de hoteles elegantes e íntimos, entre ellos el Hotel Illa Experience. Cada una de las tres plantas del hotel refleja las diferentes épocas del barrio: colonial, independentista y contemporánea. Y con una reserva, los no huéspedes pueden cenar en el restaurante del hotel con vistas al Panecillo.
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